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Canillazos de la semana – Viernes 04 de marzo del 2016

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ESCALADA. La batalla de los magistrados. Por muy desesperada que parezca. Es la última. En el último bastión. De la hecatombe Madurista. Antes de que todo se venga abajo. Porque las tensiones: son muchas. Y muy fuertes. Y con consecuencias. Y los magistrados vulnerables. Saben a qué se exponen. Si la confrontación. Escala a nivel internacional. Con la Carta Democrática. Y una venidera intervención extranjera. No militar. Pero intervención al fin. Porque el vecindario: ya no es lo que era. Cuando Chávez. Ahora es: muy hostil. Sino vean en Brasil. Y Argentina. Y Bolivia. Y Ecuador. Con Lula en la cárcel. Y Cristina fuera. Y Evo con la patada en el trasero. Y Correa al borde. De un ataque de nervios. Y sin plata. Ni popularidad. Ni apoyo solidario. Porque hasta Cuba: cuida de sus propios intereses. Y mientras el Vaticano maniobra. Con sabiduría milenaria. Los acogotados generales. Del jurásico castrista. Que asesoran a Maduro. Y a Cilia. Aplican la misma terapia. De shock. Intensiva. Que esperan que dé resultado. Hasta que el cuero de la historia. Se levante porque lo tienen pisado. Demasiado pisado. Mientras tanto: el péndulo. De la historia. Irreversible. Indetenible. Se devuelve del extremo. Populista. Al otro extremo.

Con fuerza. Nunca antes vista.

CALDO MILITAR. A la par que se pelea. La batalla sin salida. De la justicia madurista. Los caldos hierven. En el meollo de Fuerte Tiuna. Principalmente en el Ejército. Donde se concentra la fuerza. De los que tienen. Y los que quieren. Porque es allí. Donde es el llegadero. Y se deciden: los caminos. Allí es donde se pelea. Con pulso de ajedrez. El zarpazo definitivo. De los que quieren hundirse. Y los que quieren reflotar. Y la diferencia la hace. Un hombre clave. Que aparenta pero no es. Que tiene lealtad. Pero que maniobra con mano izquierda. Que tiene las huestes: listas para el salto. Pero aguarda. Y espera. El momento de mayor debilidad. Y la decisión: ha de venir. Mas temprano. Que tarde.

PDVSA. Aunque la cosa está: color de hormiga. En los linderos administrativos. Por donde circulan los reales. Los que más sufren son los comisionistas. Que se les hace cuesta arriba. Lograr pagos a sus gestiones. Sino pregunten al gran operador tachirense. Que se pasea cual Emir. Por los alrededores de El Rosal. Conviniendo comisiones. A empresas endeudadas. A cambio de obtener. Rescates irrisorios. De una deuda muerta. E impagable. Son muchos los empresarios. Que no tienen mas remedio. Que renunciar a la mitad de la deuda. Con tal de recuperar: la otra mitad. Y este señor. Niño mimado de San Cristóbal. Se queda con la otra mitad. Que en contratos petroleros. Es mucha plata. Pero ya medio mundo lo sabe. Y vendrán por su cabeza.

LULA. El descaro de la corrupción. En Brasil. Que ahora le tocó. Muy de cerca. A Lula. Y Dilma. Ha sido tan derrapado. Como en Venezuela. Porque quienes pensaban. Que Lula era: un estadista. Un hombre con miras amplias. Sin ambiciones terrenales. Sino enfocado. En el alto vuelo ideológico. Del Foro de Sao Paulo. Se estrellaron de frente. Con la desfachatez. De su comprtamiento corrupto. De él. Y su hijo. Y sus empresarios. Y aliados politicos. Y empresarios como Odebretch. Que martillaron. Y ayudaron a secar. Con maldad. Y pleno conocimiento. Las arcas venezolanas. Con el cuento de la revolución. Ahora sus fechorías: están a flor de piel. Y no lo salva ni Mandrake. Ese célebre héroe. De la televisión brasileña. Que lucha por los pobres. Porque Lula engañó. A media humanidad. Sólo que en Brasil. A diferencia de Venezuela. No lograron acabar. Con el sistema judicial. A cada cochino. Le llega su sábado.

EL MOCHO. Mientras el país sucumbe. Los hermanos Cabello: raspan lo suyo. Y exprimen. Hasta la última gota. El gran negocio. De las aduanas. Por donde entra el grueso. Del financiamiento. A la Gran Caja Negra. De los cobres guardados. En el Exilio. Y sin ironía. Con la misma cara de tabla. Controlan el negocio de la carga. Desde el Imperio Mesmo. A través de figuras. Como el gran compadre. Hermanito del alma, pues. Del Mocho Cabello. Asentado cual pachá. En la mejor poltrona allá en Miami. Porque José David Cabello. Le debe mucho a su carnal. Carlos Michel. Que es el hombre del momento. Para traer. Del Imperio. Lo que a usted se le antoje. Sin límites. Ni restricciones. Porque las miles de toneladas. Que envían semanal. No pasan sin la bendición. Debidamente engrasada. Con altas comisiones. Del mocho y su hermanito. El gran mazo Diosdado. Y si andan afandos. Por hacer más plata. Es porque lo que tienen encima. Puede caer en cualquier momento.

MAS DEL MOCHO. Otro que come. De la misma palangana. Oficialista. Sin inmutarse. Desde el cómodo Imperio. Es piloto y empresario. También de Carga. Super enchufado. Que vuela a placer. En su propio jet privado. Mayormente desde Valencia. José Manuel Calvo. Mejor conocido como: José Tembra. Que comenzó: con una pequeña avioneta. Piper. Y ahora la nave. Que pilotea. No baja de los 10 milloncejos de dolarillos. Learjet. Y la gente en Valencia. Se pregunta. De donde saca. Tanto billete. El propietario de GPS. Que trae y lleva. Carga y más carga. En la ruta Maiquetía. Y Valencia. Y es el rey. Del correo de brujas. De la mano del Mocho. Que no tiene manos. Pero sabe como meterla.

IMPORTADORES. En Puerto Ordaz. Los importadores. No se cansan: del lujo. Hay quienes tienen casa. Forrada en madera. Otros con piscina. Con agua del Guri. Y otros que crecen. En medio de la sequía. Trayendo comida. En medio de la pelazón. Siguen engrasando. La maquinaria. De los dólares. Preferenciales. Pero estos negocios. Están en la mira. Porque las fortunas. Mal habidas. Tienen conexiones aquí. Más allá. Y acullá. Porque la misma plata. Que ganaron. Diciendo que importarían. La usaron para comprar: aviones. Y casas. Y carros de lujo. Y en Puerto Ordaz. Los conocen bien.

OBERTO. Se le viene encima. Al operador protegido. Una vaguada. Con torrente incluido. De declaraciones. En su contra. En investigaciones imperiales. Porque el santico de Luis. Oberto. Anselmi. Y su querido. Hermanito. Ignacio. Oberto. Anselmi. Están atrapados. En una ola. De corrupción. Y lavado. Tan grande. Que ni diciendo. La verdad. A los abogados. Que le hacen la comparsa. Con el gobierno. imperial. Salvan los millones. Que tienen regados. Porque para salvarse. Los Oberto están hablando. Pero no dicen todo. Y lo saben. Y sino que lo diga. Una vieja amistad. De apellido Villalobos. Que para salvar el pellejo. Va a contar de p a pa. Amanecerá. Y veremos. Mucho.

RAMIREZ. El escándalo de Duro Felgueiras. La empresa española. Que pagó 50 millones de euros. A Nervis Villalobos. Por “asesorar”. En la obtención. De contrato de 1.5 millardos. De euros. En Venezuela. Está en el centro. De toda la discusión. Porque Nervis quiere. Entregar la mitad. Y quedarse con la otra mitad. A cambio de sapear. A sus viejos amigos. Pero faltan. Muchas otras comisiones. Donde participó. Don dinerón: Rafael Ramírez. Sino pregúnten. En los predios. De Inelectra. Por ahí. Fumea.

WALTER. En tres países. Investigan con todo. Los viajes. Y las conexiones. Y los pilotos. De varias aeronaves. Que manejaron. Y trasladaron. Y operaron negocios. Para los dos muchachitos. Mimados. De la Revolución Madurista: el hijo de la tía. Walter Jacobo. Y el hijo de Masburro: Nicolás alias el “chunior”. Porque a Walter Jacobo. Lo llevaban. Y traían. De Miami. A Panamá. Y a Islas Caimán. Y a República Dominicana. En un muy. Conocido. Avión. Con siglas. Del Imperio. Y al “chunior”. Lo mismo. El caso pica. Y se extiende.

NARCOSOBRINOS. La estrategia. En prolongar el inicio. Del juicio. En Nueva York. Se debe a una razón. Muy sencilla: quieren mejores términos. En el acuerdo. Por las consecuencias. Que les toca asumir. A los narcosobrinos. Porque nadie. Que se considere inocente. Espera demasiado. Va al grano. A probar. La inocencia. Pero los que no lo pueden. Hacer. No tienen más remedio. Que sacar provecho. De la larga espera. Porque el problema ya no es. Si la tía. Está implicada. Sino a cambio de qué. Se entrega. O la entregan.


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